miércoles, 29 de noviembre de 2006

LES CAMPANES DE LA POBLA


Sols hi havía una campana

en la torre parroquial;

i al vores tan a soletes

no feia mes que plorar.

Per més que la repicaven

el campaner i escolá,

en quan la deixaven queta

se posava a gemecar…

Recordava a les germanes

ab les que vixqué tants anys,

en tanta pau i armonía

que era un verdader encant.

Se partíen la faena

sense enveja ni regany

i si esta l’alba tocava,

aquella tocava albat…

i a Missa cridaven totes:

i les tres, en día gran

i en les festes senyalades

¡quin hermós revoltejar!

Era alló santa alegría,

cariny i fraternitat!

i el modél pur i perfécte

de la casa d’un cristiá.


Pero uns hómens, en mal hóra,

s’en pujaren alla dalt

i, sense més ni manco,

se llançaren a furgar,

despenjaren les campanes,

les reballaren abaix.

La una es feu a miquetes,

l’atra sancera quedá.

En camió les carregaren

i fugiren a llevant…

¡Ay mareta, Vérge Santa,

Santissim Crist del Ampar!

-clamava la campaneta

que a soletes se trobá-

¿Qué han fet les meues germanes

per a tractarles tan mal?

¿Per qué em deixen tan amarga

en aquesta soletat?

¡Ay! ¿Qué será de vosatros?

¡Ay qué pena tinc! ¡Ay! ¡Ay!

I la pòbra campaneta

no es podía aconortar…


Mes un día, alborotada,

sentí un soroll especial:

la gent, alegre corría

cap a la plaça, mirant

un camió, que de prou rato

s’encontrava allí parat.

I així la gent comentava,

pegant voltes i chillant-

¡Eixa es la campana gróssa!-

¡I la menuda ací está!-

¡Reparéu en la mijana!-

¡Ché, Sento, quin desbarat!-

¿Per qué, Tòni?-

Perque oblides

qu’una en la torre n’hi ha

i entre totes farán Quatre.

¿Cóm vols, qu’en número par

una siga la mijana?

¿Pots dirme quina será?

-¡Oy, tu: sí que vens huí docte!

- ¡Si en Salamanca ha estudiat!

- ¿Vols vore cóm t’administre

una solemne trompá?

- ¡Cavallers, hi haja concordia!

correja i serenitat,

que está molt lleg qu’una broma

se tinga que pendre a mal!...

- ¿I el Botiguer, dic, l’Alcalde?

- No tardará en arribar.-

El Retor i ell, a les hóres,

están mes amples que llarcs.


- Sí qu’es millora agradosa.

¿Quán les pugen?- Pronte ya

- I els padrins serán rumbosos.

- ¿I les madrines?- Serán

senyoretes distinguides,

com li correspón al cas...

Arribá, per fi, el gran día.

Ja tots en la plaça están:

l'Ajuntament i l'Alcalde,

les demés autoritats

els padrins i les madrines

-¡qué guapes i qué elegants!

-i la Música, que tóca

de manera magistral.

De sobte, apareix el Cléro.

Tot s'encontra preparat.

El públic guarda silenci.

Comença el ceremonial

de beneír les campanes:

i una vólta que hu están,

les van pujant, una a una

cap amunt del campanar...


¿Sabéu qué digué la gróssa,

unflada de vanitat,

vegent la campana vella,

que no esperava trobar

i estaba tota pasmada

i ab boca de quatre pams?

- ¡Ché! ¿D'aon ixes, taperót?

¿Qué pintes per ací dalt?

I li respongué l'agüela,

que ab raó se va enfadar:

- ¡Chica, chica, vaja un aire

que tu pórtes per davant!

¡Mos ha vist la gran debades!

¿Qué es lo que t'has figurat?

¡Soc ací la veterana

i em teníu que respectar!

- Dispensa... Jo no sabía...

¿I cón es que t'has lliurat?

- Perque me diuen Amparo,

un nóm per a enamorar

que es del Crist de maravella

per la Pobla venerat.-

Tu contarás molt de temps

- Naixcuda soc en el any

mil huitcents huitanta ú.

- ¡Cap i cúa!- Ne tinc ya

xixanta huit.- ¡Quánta história

i aconteiximents sabrás!

I ara... vullc que mos perdones

si es que t'havem agraviat...

I salta la menudeta

que te veu de querubí:

- Jo te salude, agüeleta,

i te cante "¡Tilín, tin!"

I l'anciana li replica

ab una dolçor de mél:

- Perqu'eres tan rebonica

te dic a gust "¡Telén, tén!"

Sent aço l'atra campana

que casi de major fa,

i saluda molt ufana

cantant lo seu "¡Talán, tán!"

I per completar la cósa,

díu la més gran, en baix tó:

- Veterana: jo, la grossa,

te salude "¡Tolón, tón!"

- Escampem juntes al aire

la dicha del nóstre cór

i com a remat de festa

¡llancemos les quatre al vól!:

- ¡Tilín, tilín!

- ¡Telén, tén!

- ¡Talán, talán!

- ¡Tolón, tón!-

¡Tilín, tilín!

- ¡Telén, tén!

- ¡Talán, talán!

- ¡Tolón, tón!

I d'abaix pugen els vítols,

la fragancia de la flor,

el públic s'arremolina

que ya esclafixen els tróns...

I en mig de tanta alharaca

d'espenta, chillits i fum,

escoltéu cóm fa la traca:

¡traca, traca... traca ¡¡Pum!!

Josep Mª Capsir


Pobla del Duc, a 24 d'abril de 1949

martes, 28 de noviembre de 2006

CASA SOLARIEGA

¡Casa de mis padres,
casa solariega!
¡Con qué gozo de lejos te miro!
¡Oh qué paz infunde tu amada silueta!
Tus viejas paredes,
tus estancias viejas,
¡qué cosas le dicen a la mente mía!
Cuando te recorro ¡qué historias me cuentas!
En calladas noches,
cuando no resuenan
profanas pisadas, las sombras de seres
que tú has albergado, parece que vengan...
y cantan canciones
que un tiempo aprendieran;
y se oyen chasquidos
de bocas que besan;
y gritos alegres
de niños que juegan;
y acentos de cosas
tan dulces, tan tiernas,
cual cuentos que a infantes
relatan abuelas
y arrullos divinos
de madres que velan...

Y ahí, junto al hueco
de tu chimenea,
los ecos palpitan
de antiguas leyendas,
las que, cuando niño,
contaba mi vieja,
la de ojos azules
y de alba cabeza,
las que yo atendía con la boca abierta,
fija la mirada
y el alma suspensa.
¡Qué hermoso aquel cuento
de aquella princesa
de celestes ojos
y doradas trenzas,
tan grave, tan digna,
tan blanca, tan bella...!
Ya aguarda impaciente
desde las almenas
el trotar gallardo
de morisca yegua:
la del caballero
que estuvo en la guerra
rindiendo a los moros
en cruda pelea
y a su casa torna
rendido por ella...
¡Galán caballero!
¡Qué fiel la corteja!
Mirad en su escudo
la amorosa empresa
que a la letra dice:
"Dios, Patria y mi bella";
y el airón flotante
sobre la cimera;
y en la agua lanza,
robusta y enhiesta,
gentil gallardete
de cintas de seda,
que el aire, gozoso,
juguetón altera...
¡Qué hermoso aquel cuento
de aquella princesa!
Y el del enanuco
de la barba luenga,
con su caperuza,
con su jorobeta...
Y el la inocente
pobre cenicienta...

Ya nadie refiere
las dulces consejas.
Ya nadie repite
sabrosas leyendas
que a mí tantas veces
contara la abuela.
¡Murieron con ella!

Hoy, cuando los choques
de la vida nueva
mi espíritu rinden,
mi razón enferman,
a ti, casa antigua,
mis memorias vuelan,
a ti, relicario
de nobles creencias,
cristianos afectos
y santas ideas...

¡Que nadie te toque!
¡Que nadie te ofenda!
Yo lo daré todo
por que estés entera:
mi nombre y haberes,
mi heredada tierra
y esta sangre honrada
que corre en mis venas...
Mas que nadie, osado,
traspase tu puerta
y aquellos recuerdos
profanar se atreva...
¡Guay del que te toque!
¡Ay del que te ofenda!

Amores dichosos,
sublimes escenas,
diversos matices
de historias añejas,
decirnos podrías
si hablarnos pudieras,
casa de mis padres,
casa solariega!...

Gandía, 31 de octubre de 1910

DIVINO CONSUELO


Cansado de sufrir, con mis dolores
una noche salí por la pradera
y busqué entre el aroma de las flores
sanos efluvios de mi edad primera.

¡Oh alivio, caminar por los senderos
cuando la brisa orea nuestra frente
y parpadean nítidos luceros
en la noche de luna transparente!...

Parece que el espíritu descansa
de la sórdida lucha de la vida.
¡Oh, dulce soledad divina y mansa
que a reposo y amor y a paz convida!

Pasé junto al arroyo murmurante
en cuyo espejo el cielo se miraba;
y oí la voz del ruiseñor, distante,
que a su hembra gentil enamoraba.

¡Armonía de perlas que caían
en un tazón de oro cincelado!
¡Sentidas notas que, al saltar, decían
la gloria del cantor enamorado!...

Pero la espina fuerte y punzadora
de un recuerdo infeliz me torturaba
y no gocé la tregua bienhechora
que el corazón herido suplicaba.

Y es que el placer –como la augusta calma-
no surge del matiz ni del sonido.
Si el dolor asentó dentro del alma
¡todo lo vemos de dolor vestido!

Y por eso el murmullo de la fuente
un amargo sollozo parecía;
y el gorjeo del pájaro eminente,
un suspiro que el alma entristecía.

¿Dónde hallaré el consuelo deseado
que preste al corazón calma y olvido?
La fuente de piedad ¿ya se ha secado?
Y el raudal de perdón ¿ya se ha extinguido?

Alcé los ojos. En la altiva peña,
tendiendo al mundo sus divinos brazos,
la Cruz se erguía, redentora enseña
que brindaba dulcísimos abrazos.

Y al descender la luna plateada
pasó tras de la Cruz – y parecía
un prodigio de Dios: ¡Hostia Sagrada!
un milagro de amor: ¡la Eucaristía!

De rodillas caí frente a la sierra
y allí gusté el mejor de los consuelos...
Y fue templo feliz toda la tierra
bajo el palio infinito de los Cielos!

A mi buen amigo el poeta Luís Guarner
Valencia, 21 de mayo de 1922

lunes, 27 de noviembre de 2006

MI SANTISIMO CRISTO

¡Mi Santísimo Cristo del Amparo!:
Cuando te miro exangüe en el madero,
mi ruindad y bajeza considero,
mi odiosa ingratitud y mi descaro.

¿Yo desprecié, Señor, amor tan caro
que una vida costó a Dios verdadero?
¿Yo fui tan miserable y traicionero
que te ofendí mil veces sin reparo?

¡No más pecar, mi Bien! He de ser fuerte,
ya que seré, de tu perdón, avaro.
¡No me abandones a mi débil suerte!

Mi nave guía Tú, Divino Faro.
Y ante el puerto angustioso de la muerte
¡no me dejes, mi Cristo del Amparo!

jueves, 23 de noviembre de 2006

HIMNE A LA POBLA


Pobla del Duc nostra,

digna terra de amor i pau,

bressol de fills intrepids,

sempre animosos per al treball:

A tu els nostres braços

i la vida consagrarem

perque sigues la joia

que al mon encante

ab lo seu destell.

En la noble lluita

per a ferte bonica i gran,

mai nos veuran de caure

puix nos ajuda el Crist del Ampar.

Les fruites de ton terme

son dolces com la mel

i els ulls de les poblanes

estreles son del Cel.

Ta franca simpatía

ens arrebata ‘l cor

i l’ompli d’alegria

qu’esclata com la flòr.

Tota complacencia

tota dicha cifrem en tu

que eres la nòstra mare

la mes graciosa

la ben plantada,

la ben amada

Pobla del Duc.

¡Vixca la Pobla.

Pobla del Duc!


Inédito 1960

lunes, 20 de noviembre de 2006

HIMNE A GANDIA

Letra de José Maria Capsir Banquells
Música de Salvador Gea


Celebrem la beltat de Gandia
que és la perla fulgent de València,
flor que exhala finíssima essència
com a reina de totes les flors.
Oh! Gandia, tons fills que t'adoren
lluny de tu no comprenen la vida,
perquè el cel derramà sense mida
sobre tu la delícia dels cors.
La mar llatina
que t’acarona
cançó divina
feliç entona.
I enamorada
son bes et dóna
la llum daurada del paradís.
Per a mirar-te
la serra es gira.
I acariciant-te
l’ambient sospira.
Ai! qui polsara
tan dolça lira
que bé cantara
ton pur encís.
Eres pàtria de fe i de grandesa,
com a tots ho pregona la història,
que et senyala com timbre de glòria
ser de Borja bressol immortal.
Lluitarem perquè sempre et miren
tan hidalga, gentil i graciosa,
per meréixer la joia amorosa
de ton pur i noble somrís maternal.
Eres pàtria de fe i de grandesa,
com a tot ho pregona la història,
que et senyala com timbre de glòria
ser de Borja bressol immortal.

Gandia 1922