domingo, 14 de enero de 2007

CRONICA DE LA SEMANA

Gracias a Dios que las Cortes están cerradas. Es una ventaja inmensa e inapreciable para el sentido común. Ya no se oyen blasfemias en el Congreso, ni se renueven las cenizas del mítico Ferrer. Soriano, callando, parece un buen chico. Y Pablito no nos deja oír su voz soltando con cara venerable sus arengas de presidiario... Aunque a decir verdad, no sabemos qué será peor; porque cuando habla, ¡malo!, sus arrestos nos pasman y nos asustan; y cuando calla, es el tiempo de las grandes atrocidades, como lo demostró el atentado de que fue víctima en Barcelona el señor Maura, a raíz del panegírico de Iglesias al atentado personal. ¿Quien no se acuerda? Hay que temer a ese viejecito de aspecto de santo a quien jamás hacíamos caso.
Esa conjunción republicano-socialista, a la que se unirán, sin duda alguna, los demás republicanos y anarquistas disidentes cuando llegue la hora para ellos oportuna, es temible, muy temible. Abocados estamos a algo gordo en Marruecos. Francia comienza a enviar sus tropas a Casablanca para intervenir en el famoso imperio; y los corresponsales franceses no cesan de inventar mentiras acerca de nuestra acción militar en el norte de Africa, con el deliberado y sano propósito de indignar a los moros contra nosotros y distraerlos de las miras altruístas de la Francia.
España quizá se vea arrastrada a intervenir en Africa por los compromisos contraídos en la conferencia de Algeciras y por sus intereses especiales de allende el estrecho... ¿Y quién nos dice que entonces no será el momento oportuno para que los republicanos ayudados de los moros y empujados por los franceses, manden al traste todo nuestro porvenir en Africa? ¿Que no? ¿Que eso sería poco patriótico?... ¡Y a ellos qué!
Por de pronto, Melquiades Alvarez ya ha dejado caer con suavidad que el partido de conjunción republicana se opondría con tenacidad a que España lleve sus armas a Africa. Esa tenacidad podrá muy bien traducirse en una semana, quincena o veintena trágica, según lo exijan las circunstancias y la debilidad del Gobierno lo consienta. Y si no, vivir para ver. Quiera Dios que no sea necesario que empuñemos las armas para luchar con los moritos ni con nadie; pero si llega el caso de que, a pesar nuestro, tengamos que ir a cintarazos, no se hará esperar la deseada revolución. Tendremos otra protesta masónica internacional contra el fusilamiento de Ferrer o contra cualquier cosa que a nadie importe; Pablo Iglesias capitaneará desde punto seguro a los que convencen con la fuerza cuando no pueden convencer con razones; y, en fin, se armará una zalagarda de todos los diablos, que es lo que quieren los franceses, perfectamente de acuerdo con los republicanos españoles.
¡Que no gozarán poco unos y otros cuando la pobre España, atacada en el exterior y conmovida por luchas intestinas, sea apostrofada por Francia con estas o parecidas palabras!:
- ¡Eh, señores españoles! ¿Quién os manda a vosotros intervenir en Marruecos? ¿No teneis bastante Marruecos con vosotros mismos? Dejadnos el campo libre y dadnos vuestras plazas en Africa, que no os sirven más que de estorbo...
El que más lástima me inspira es el pobre soldado español que, valiente y generoso, lucha con fe y entusiasmo y derrama con profusión su sangre, la mayor parte de las veces para que resulte improductiva...
Ojalá me equivoque en mis tristes vaticinios. En lo malo, siempre es bueno equivocarse y yo reconocería gustosísimo mi impericia... ¿pero no les parece a ustedes, pacientes lectores, que si no razón del todo, al menos en parte sí que la tengo?
El día 8 del mes que viene se abrirán otra vez las Cortes. ¡Qué lástima! ¡Tan bien que estamos así! Pero en fin: no hay mal que por bien no venga. Tendremos un circo más con sus titiriteros y buffet correspondiente.

ROBERTO
22 de abril de 1911 Revista de Gandia

No hay comentarios: