lunes, 22 de enero de 2007

UN LLAMAMIENTO

Un llamamiento, si, a las personas de corazón grande y generoso y a las de alma tímida y pusilánime. A todos, hombres y mujeres, grandes y chicos, con tal de ser católicos, se les llama. Pero se les llama con urgencia, para que acudan a la carrera, sin dilación alguna; que cuanto mayor sea la tardanza, menos serán los méritos y más tardía vendrá la victoria.
Va a empezar una lucha formidable, amplia, gigantesca, contra los enemigos de Dios; mejor dicho: ha empezado ya. Algunos espíritus esforzados de nuestro bando, van delante y son los generales en jefe. Muchos les siguen, pero aún hacen falta muchos más. ¿Hemos de ser los últimos en alistarnos bajo sus banderas? ¿No se nos cubrirá la cara de vergüenza cuando los veamos a ellos solos porfiar en la demanda? ¡Animo y a la pelea, soldados todos de Dios!
¿Os alegráis, personas de corazón grande y generoso?
¿Os asustáis, hombres de alma tímida y pusilánime?
No os asustéis, que no se os pide el sacrificio de vuestra hacienda ni el holocausto de vuestra vida, por más que si necesario fuese, sacrificarlas deberíais. Se os pide tan solo que ayudéis al periódico católico haciéndoos Legionarios de la Buena Prensa.
¿Qué es esto de Legionarios de la Buena Prensa? En pocas palabras os lo diré: Como su mismo nombre indica, son los que forman una legión que tiene por objeto favorecer a los periódicos católicos. ¿Por qué medios? Por unos muy sencillos: por medio de un Ave María diaria y cinco céntimos semanales. ¿Qué menos?
El Ave María, sé que sin regatear la rezaréis; pero a dar los cinco céntimos a la semana, quizá alguien se resista. Y nadie se debe resistir. Porque nada hay tan importante en los tiempos que corremos, como la Prensa, que a la larga todo lo puede, más que las bayonetas, más que los discursos y más que los mítines, ya que, al cabo, ella es la que impulsa a los mítines, inspira los discursos y mueve las bayonetas. De ella depende, en gran parte, la opinión que predomina en un país.
Y siendo tan importante para la Religión y para la Patria el fomentar un ambiente de opinión sano y católico ¿qué mucho que aportemos todos nuestro granito de arena para dar un empuje vigoroso a la Buena Prensa, divulgadora de nuestras veneradas ideas y propagadora de nuestras santas doctrinas?
Que nadie diga que no puede dar su perra chica: todos pueden. Tú, fumador, fuma un cigarro menos al día y tendrás al fin de la semana, más de lo necesario para pagar tu parte. Tú, que acostumbras a ir al café a diario, deja de ir un día al mes y te sobrará para pagar tu cuota de cuatro semanas. ¿Tan mezquinos seréis, acaso, que escatimaréis a Dios una mortificación tan pequeña? No es creíble.
Y el que tan pobre fuere, que ni siquiera tan chica cantidad pueda entregar sin un grave perjuicio para sí, todavía puede hacer mucho si buena voluntad le anima: que reúna a diez de sus amigos y conocidos y que se encargue de recaudar su óbolo, para entregarlo al tesorero de la junta local.
¿Aún dudáis, personas de corazón grande y generoso?
¿Aún no os decidís, hombres de alma tímida y pusilánime?
Leed, pues, el folleto del Reverendo Padre Dueso, titulado "La grande obra" y es imposible que al terminar su lectura vaciléis.
¡Católicos! Haceos, sin excepción alguna, Legionarios de la Buena Prensa. Agrupaos en coros de diez y nombrad para cada coro un jefe que se llamará Legionario Laureado y que tendrá a su cargo recaudar vuestro dinero. Esta revista publicará los nombres de los que os incribais en la Legión, y el "Iris de la Paz", de Madrid, los publicará también, más que para halagar vuestra vanidad, que sé que es nula, para que viendo el buen ejemplo de los que se decidan, se resuelvan a su vez los vacilantes.
Daos prisa, que sea pronto, ahora mismo, cuando corrais a casa de vuestro Párroco a inscribiros. Renunciad al negligente cras, cras, funesto, de los de poca fe.
Que cuanto mayor sea la tardanza, menos serán los méritos y más tardía vendrá la victoria.

ROBERTO 27 de mayo de 1911 Revista de Gandia

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