viernes, 12 de enero de 2007

DE TODO UN POCO



Una declaración que se presta a comentarios.

Sol y Ortega, el empedernido y furibundo republicano, ha dicho, no hace mucho, que es una tontería ir contra las ideas religiosas del país, porque España es esencialmente católica, apostólica y romana.

De lo cual, según mi modesta opinión, deduzco lo siguiente: O el partido republicano se funda en la opinión del país, o no se funda. Si lo primer, no lo demuestra, puesto que sus hechos bien claro nos dicen que va contra la corriente que siguen los españoles, católicos, apostólicos y romanos, según el señor Sol y Ortega. Si lo segundo ¿qué partido avanzado es ese que no tiene por base el público anhelo, tan cacareado por los republicanos y liberales?

De todos modos, mal, muy mal, señores del gorro colorado, más o menos vergonzantes.

Refiriéndose al dinero de la nación con que el Gobierno paga los bombos que el Trust propina a los gobernantes que tenemos, dijo "La Tradición Navarra", entre otras cosas:

"Y mientras tanto, la túnica de España se reparte entre un gobernante loco, una empresa de inmensa garganta (el Trust) y unos prestamistas extranjeros. Y el pobre pueblo, que siempre paga, sin enterarse todavía de que unos hombres impúdicos juegan a los dados con su patria."
¿Que el pueblo no se entera? No estamos conformes. Lo saben desde el humilde leñador de las montañas hasta el acaudalado propietario que habita en las ciudades. Para convencernos no hay más que preguntárselo a cualquiera que no tenga interés y nos lo demostrará.

Pues entonces, ¿qué explicación tiene que a sabiendas se consientan tales iniquidades? Una sencillísima. Entre las muchas virtudes que tiene el pueblo español, la más sobresaliente es la de la paciencia. Cada español es un Job, pero que se diferencia del verdadero Job en que este no despreció cuantos medios tuvo a su alcance para salir de su triste situación, mientras que los españoles, teniendo medios infalibles, no los usan.

Lo cual no deja de ser el colmo de la virtud.

Pablo Iglesias, en diversas ocasiones: -"Cuando surja una guerra en Melilla o en Ceuta (o en donde sea) nos valdremos de todos los recursos para que los hijos del pueblo dejen de incorporarse a filas"- Así, poco más o menos.

Un diputado socialista en el parlamento alemán: -"No deseamos la guerra, ni creemos que ningún pueblo la desee. Pero si se presenta el caso de que se hallen en peligro los intereses vitales de la patria, es deber inexcusable de todos acudir a salvarlos."-

Estos dos parrafitos retratan a unos y a otros. Los unos, antipatriotas, que es lo mismo que decir traidores, disolventes y anarquistas. Los otros, leales y amantes de su nación, socialistas y todo.

Que aprendan, que aprendan los socialistas españoles.

Dicen de San Petersburgo que los fieles de Tsarxich (vaya un nombrecito) están apenadísimos porque les han quitado el cura, a quien seguramente querrían mucho. Los fieles han suplicado que se les devuelva; pero el Santo Sínodo, que nones. Y en vista de la negativa, han adoptado aquellos feligreses una peregrina determinación: encerrarse en el templo y estar sin probar bocado hasta que el pastor vuelva a su puesto.

En España también podríamos adoptar ese recurso. ¿Qué hace falta recomponer una carretera, como por ejemplo la de Gandía al Grao y el Estado no quiere? Pues nada de motines, mitines ni protestas. A encerrarnos en cualquier sitio y a no comer; que esto, a parte de que conmovería el corazón sensible de Canalejas, sería una medida altamente económica.

Y tendríamos para pagar la contribución.

En Portugal acaecen con frecuencia sucesos desagradables.

Un día nos dice el telégrafo que se declaran en huelga los gasistas. Otro día, que se quieren sublevar los marinos. Otro día, que las turbas asaltan la redacción de un periódico católico y la destrozan...

Y todas estas algaradas se llevan a cabo cantando, naturalmente, la Marsellesa de Portugal.

¡La marsellesa portuguesa!

Pero ¿dónde está la inventiva? ¿Es que toda revolución o desorden se ha de efectuar a los sones de la marsellesa precisamente, aunque sea en Portugal?

¡Marsellesa portuguesa, marsellesa española! Que es como si dijéramos: sevillana rusa o gallegada austriaca.

Para cosas nuevas, esos señores.

Leo, recorto y pego, como diría el gran Quisquillas.

"En la actualidad se hallan acogidos en 300 casas que las Hermanitas de los Pobres tienen repartidas por el mundo, 47.000 ancianos de uno y otro sexo."

¿Lo ven ustedes, el mal que están haciendo esos frailes y monjas? ¿A quién se le ocurre alimentar, vestir y aguantar a tanto viejo que no sirve para nada?

Por eso se impone la rápida colocación de candados en las fronteras e impedir que se establezcan asociaciones religiosas.

¡¡¡Que no entren más monjas ni frailes!!!

¡Destruirían las obras benéficas de los republicanos y libertarios!

En el próximo pasado año han obtenido los principales aviadores las siguientes ganancias: la aviadora de Laroche, 15.180 francos; Efinoff, 89.500; Leblanc, 174.000; White, 257.000; Morane, 289.300; Latham, 289.500 y Paulham, 430.000.

La aviación es, pues, la carrera más conveniente. Proporciona dinero y gloria. Ahí es nada, poder estar de vez en cuando por las nubes.

Los relojeros están de pésame.

Un mecánico de Londres ha inventado una nueva clase de relojes movidos por el radium, que pueden marchar sin pararse, la friolera de treinta mil años seguidos.

Cuando todo el mundo tenga los nuevos relojitos, a cerrar las relojerías y hasta dentro de treinta mil años.

He tenido ocasión de admirar, aunque dibujados nada más, los modelos de falda-pantalón o pantalón-falda, nueva prenda de vestir de la mujer, que ha salido ahora. He visto tres modelos: uno, corto hasta media pierna, nada recomendable, por cierto; otro, recto, casi igual de arriba que de abajo; y otro que es una verdadera monada: ¡un pantalón de mora!

Al ver esta última forma, se me ha ocurrido preguntar si la moda esa proviene del Riff; y me han dicho que no, que es de Paris.

- No puede ser –he dicho yo- ¿De Francia quiere usted que venga una moda marroquí?
- Si, señor
- ¡Pero si los franceses están cansados de repetir que Africa empieza en los Pirineos!
- Y tienen razón
- Pues no lo entiendo
- Porque no sabe usted Geografía. Africa empieza en los Pirineos, sin duda alguna; pero de Pirineos arriba.
- Es verdad. No me acordaba.

A propósito de la falda pantalón.

Procedentes de Barcelona, llegaron a Valencia dos señoras hace varios días, luciendo la nueva moda, ya famosa apenas nacida. Llamaron de tal manera la atención, que se formó un grupo de curiosos que las seguían por todas partes y cuyas filas iban engrosando a cada momento, hasta el punto que las infelices se hubieron de esconder, alarmadas de la admiración que causaban.

Al saber esto ¡qué caramba! lo confieso: me ruboricé. ¿Qué dirían de mi Valencia en otras capitales, en Madrid, vervigracia? Pero al día siguiente de llegar esta noticia a mi conocimiento, supe que en Madrid había sucedido cuatro cuartos de lo mismo, con la agravante de una estrepitosa silba.

Si en capitales de la categoría de Valencia y Madrid, pasa lo referido ¿qué sucederá en poblaciones que estén muy lejos de ser capitales? El delirio.

Que procuren las interesadas no estrenar sus trajes por el tiempo de la recolecta del tomate, sobre todo si va barato.

Es un consejo cariñoso, digno de agradecimiento.

Y ahora, que me perdonen los pacientes lectores si al servirles por primera vez mis desaliñados revoltijos, no les he saludado al principio. Salúdoles, pues, cordialmente y hágolo al final, no por descortesía, sino por romper con la rutina.

¡Es tan dulce inventar algo!

ROBERTO (Pseudónimo)

4 de marzo de 1911. Publicado en "Revista de Gandía".

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